El bailarín, coreógrafo y profesor de danza Francisco Lloberas nos abre la ventana de sus vivencias y experiencias durante el confinamiento. En la primera etapa de la pandemia, transformó su sala de estar en un espacio de danza, para ofrecer entrenamientos públicos y gratuitos en youtube e impartir clases en directo vía zoom. Presencialmente y online, no ha dejado de trabajar ni de crear. La danza es su lente de aumento de todo lo bello que ofrece la vida.
Entrevista por
Cristina Barredo
¿Cómo estás viviendo a nivel personal y profesional la crisis sanitaria y económica que se ha desencadenado con la pandemia de la covid-19? ¿Cómo te está afectando?
Primero fue un cierto miedo no exento de egoísmo por la incertidumbre de que iba a pasar con nuestra vida propia, equilibrio personal, bienestar. Parecía el inicio de una era apocalíptica cuyas consecuencias imprevisibles pudieran alterar la realidad circundante y, creando el caos, liquidar el orden mundial conocido hasta entonces.
Sólo sabíamos que debíamos quedarnos en casa, porque un virus desconocido atacaba al ser humano pudiendo ocasionar su muerte. Un virus que cada día se propagaba más colapsando el sistema sanitario de los países…
Laboralmente, en mi caso en particular, los centros donde trabajo cerraron sus puertas sin poderte asegurar cuando se volverían a abrir. Preguntas sin respuesta. Y dos posibilidades: Lamentarte de tu situación y mirar al suelo, o dar un paso al frente y ponerte en marcha, aunque sin saber cómo. Parafraseando a Einstein: “En los momentos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento”
Tras una semana de confinamiento en casa rodeado del silencio de las calles, un silencio no exento de magia debido a su excepcionalidad, por estar mi calle en un barrio bullicioso, decidí ponerme en movimiento, alentado y motivado por la evidencia de que las redes sociales se habían convertido en imprescindibles en la vida de las personas, pero esta vez había algo positivo en el hecho:
Una necesidad real de comunicarse unos con otros, de hacerse oír pero también de escuchar. Fue el momento más generoso de esta pandemia, su principio. Porque nos hizo a todos iguales: Vulnerables ante ella.
Utilicé internet para primero subir y ofrecer entrenamientos públicos y gratuitos en la web de youtube y después para impartir clases de danza en directo en la plataforma zoom, que también grababa para luego pasar a sus participantes por si la querían repetir en otro momento, o simplemente repasar. Gracias a zoom he podido mantener el contacto con mis alumnos habituales y, lo mejor, recuperar muchos otros del pasado que ahora viven fuera de mi ciudad o país como en México, Inglaterra.
Zoom ha sido para mí una muy buena herramienta que he utilizado en cada confinamiento. Volvía a bailar en el comedor de una casa, como cuando era pequeño y ante un ventanal que ocupaba toda la pared me exhibía ante los balcones de la casa vecina que era una residencia de estudiantes dirigida por monjas.
¿Crees que es el final del mundo tal como le conocemos? ¿Habrá un cambio de paradigma?
El mundo está en cambio constante, aunque a veces no nos demos cuenta. Quizás esta crisis nos haya abierto los ojos a este hecho. Siempre están sucediendo cosas, muchas son terribles, y no les hacemos apenas caso porque una noticia solapa a su anterior. Esta vez la noticia, la situación ha afectado a todo el planeta. Nos ha recordado que somos frágiles, incluso nos ha podido debilitar, desestabilizar; ello puede ser una oportunidad para reconstruirse y trabajar las propias fuerzas. Tampoco hay que olvidar que habitamos en una parte privilegiada de este mismo planeta.
¿Nos acercaremos más a la mente colectiva o crees que seguiremos anclados en los actuales esquemas de pensamiento individual?
Es un mundo individualista, en líneas generales. Normalmente, sólo se presta atención a lo que atañe a uno personalmente, no sé de valor, no interesa nada de lo que sucede a un radio de un metro de distancia respecto al YO. Y si interesa es sólo para echarle un vistazo rápido. Damos tanta importancia a lo que tenemos que nos aterra perderlo, nos fortificamos respecto a nuestro entorno.
¿Hay un cambio de valores? ¿Crees es un cambio positivo?
No creo que haya un cambio de valores en líneas generales, pero sí que, individualmente, hay personas que se han replanteado su posición en el mundo, su escala de valores y prioridades.
En cualquier caso, uno es reflexivo, o no lo es. Si lo eres, una crisis como la presente, cuyo fin por fin se intuye cercano, sacudirá tu mente invitándote a replantearte muchas cosas, si no lo eres, porque cada cual es como es, tus conclusiones no te transformaran como individuo.
En mi caso en concreto, la danza una vez más me ha tendido un puente que me ha ayudado a cruzar un río que amenazaba con desbordarse. En vivo y online, no he dejado de trabajar y de crear. Y esto se lo debo a ella, mi compañera de viaje. Mi lente de aumento de todo lo bello que ofrece la vida.
¿Cómo crees que ha afectado la pandemia al mundo de la danza?
Una gran crisis al cerrase los teatros por tiempo indefinido y cancelarse las actuaciones de las compañías una tras otra. El bailarín se ha quedado sin trabajo de un día para el otro.
Los que trabajamos también como docentes hemos tenido la ventaja, entre comillas, de estar amparados por nuestros centros de trabajo, que en algunos casos han complementado económicamente la cantidad ofrecida por los ertes del estado. Además, se han ido abriendo en las sucesivas descaladas. También ha sido duro por las limitaciones de espacio y aforo impuestas por sanidad. Pero hemos podido seguir trabajando. No nos hemos quedado suspendidos en el aire como los bailarines. Por suerte, los teatros vuelven a abrir porque la cultura es segura, y los festivales reanudan sus programaciones. El momento más crítico ha quedado atrás, y hay que mirar el futuro con optimismo.
¿Cómo enfocas tus publicaciones en tus redes sociales? ¿Cuáles son tus objetivos?
Ahora utilizo facebook solo a nivel profesional. En facebook anuncio mis clases, cursillos, y cuelgo información de una actuación, de un evento, o comparto noticias de amigos de profesión. A veces subo algún video breve, porque sabemos que no se presta atención más que a veinte o treinta segundos de grabación a no ser que el autor sea familia o amigo íntimo. Es curioso: Podemos ver trescientas fotos de un tirón pero nos cuesta concentrar la atención en un minuto de video. Nos cuesta mantener la concentración sólo en una cosa.
Tengo instagram, mis fotos me presentan tomando un café o comiendo un plátano, son lo que se dice postureo; a veces también subo algún video bailando en un ensayo o fragmento de una actuación. No escribo a pie de foto frases de auto ayuda ni mensajes subliminales, no polemizo sobre política o noticias “revuelve conciencias express”, apenas durante 24 horas por terrible que sea.
Utilizo instagram como un juego, porque la realidad está en otra parte. Y es la parte en donde quiero estar. En la virtual, ¡A jugar!
Danza en directo y danza en streaming
Siempre danza en directo. La danza en streaming es un medio útil para conocer el trabajo de artistas que no has podido ver en directo.
¿Incorporas otras técnicas, meditación, yoga, respiración? ¿Qué beneficios que aporta la danza te gustaría compartir?
He trabajado constantemente diversas técnicas de movimiento: Danza clásica, jazz, moderno, hip hop, claqué, release, según la época. Por supuesto, yoga, respiración, ahora he tomado clases de gimnasia hipopresiva también. Técnicas que procuran un trabajo consciente del cuerpo y tratan bien la musculatura, la alineación del esqueleto y el sistema articular. Trabajo con mi físico y no puedo permitirme otra cosa.
¿Qué es la danza en tu vida?
La danza es una elección de vida, es mi modo de relacionarme con el mundo que me rodea. Es la ampliación de mi ser en el espacio que me rodea. Miro el mundo a través de sus ojos, y me ha hecho muy dichoso. Ella cambia conmigo, por dentro, y por fuera. Es una buena compañera de viaje.
Lys Moya / dance photographer
Adam Littman Davis-unsplash
Como bailarín, ha trabajado con coreógrafos nacionales e internacionales en compañías con las que ha dado la vuelta al mundo; también ha participado en eventos especiales, óperas, comedias musicales, programas de televisión y cine. Coreógrafo de piezas breves y montajes de larga duración, publicidad y teatro, tiene en su haber el Premi nacional de dansa Ricard Moragas por
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Night out. Profesor de danza de técnica contemporánea y modern jazz en diferentes escuelas de Barcelona, compañías de danza y cursillos nacionales e internacionales, imparte regularmente máster clases y también cursos online. 40 años de trayectoria profesional ininterrumpida.
Francisco en las redes