El súper Tifón Haiyan devastó la ciudad de Tacloban en el centro de Filipinas el 10 de noviembre de 2013: una de las tormentas más violentas jamás registradas que se recuerdan.
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Por Santi Serrat
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"El cambio climático amplificará los riesgos existentes y creará nuevos riesgos para los sistemas naturales y humanos. Los riesgos se distribuyen de manera desigual y, en general, son mayores para las personas y comunidades desfavorecidas en los países en todos los niveles de desarrollo". Esta fue una de las previsiones que Jean-Pascal Van Ypersele, viecepresidente del (IPCC) (Intergovernmental Panel on Climate Change) comunicó en su intervención durante el Día Mundial del Agua 2015.
Entender los factores de riesgo
La importancia de comprender el significado de riesgo y los factores que lo generan está presente en el AR5 y toma especial relevancia en los actuales trabajos del IPCC para su sexto informe, el AR6, en el que se incorpora de forma muy especial la visión de la crisis climática desde las ciencias sociales y su importancia para mejorar la adaptación y disminuir la vulnerabilidad.
El IPCC define el riesgo como la probabilidad de que una comunidad sufra alteraciones graves en su funcionamiento normal y daños humanos, económicos o ambientales a causa de eventos físicos peligrosos. La ecuación que traduce esta definición, y que se maneja tradicionalmente en geografía como base de todos los estudios es:
Riesgo = Situación peligrosa x Exposición x Vulnerabilidad
En el caso del riesgo de inundación, la situación peligrosa puede ser un ciclón, una DANA o un deshielo acelerado que provoque una crecida hidrológica desmesurada. Los datos de estos últimos años, en especial de los ocho primeros meses de 2019, confirman un incremento de estos fenómenos peligrosos.
La exposición se define como la presencia de personas, hogares, edificios, instalaciones de servicios o cualquier bien económico, social o cultural en zonas donde pueden desencadenarse los fenómenos violentos. En el caso de una llanura inundable por una crecida, sus habitantes y sus bienes personales o comunitarios están expuestos a sufrir daño.
La vulnerabilidad es la predisposición a que las personas y sus bienes sean dañados. Por ejemplo, una casa en Filipinas está expuesta a un tifón, pero es vulnerable si está construida deficientemente. Lo mismo ocurre con un sistema de saneamiento defectuoso o mal calculado que contamina el agua en una inundación: es una instalación vulnerable que hace vulnerables a las personas que dependen de ese agua potable. La pobreza tiene una relación directa con la vulnerabilidad: las instalaciones deficientes, las chabolas y el hacinamiento de los tugurios son factores que incrementan la vulnerabilidad frente a las inundaciones.
El riesgo incluye pues estos tres factores con una relación directamente proporcional: a mayor intensidad del fenómeno y mayor número de habitantes y bienes expuestos, mayor es el riesgo.
La gestión del riesgo es compleja ya que depende en gran medida del lugar del planeta en el que ocurren los fenómenos, de su grado de exposición y de su vulnerabilidad. La mala gestión del territorio lleva, por ejemplo, a urbanizar zonas inundables y sustituir cultivos que dificultan la escorrentía, como los bancales y los frutales, por otros con menos poder de retención del agua.
Seguiremos hablando de ello.